“La Música amansa las fieras” es un dicho popular que se ha usado a lo largo de la historia de la humanidad, por ello hay que tener en cuenta la importancia de la música en nuestra vida y en la sociedad actual, Y es que la música nos acompaña en todo momento. Mientras trabajamos, mientras vamos en el coche o en la calle caminando, y para qué decir en las fiestas(y en las de los pueblos), donde lo más importante es la música. Ella nos conecta a niveles con los que ninguna otra obra de arte puede hacerlo. La música en nuestras vidas nos transporta con información que llega al mismo tiempo a múltiples niveles de nuestro ser; varias notas y ritmos se mezclan logrando combinaciones únicas que se graban en nosotros.
La música es capaz de despertar emociones y estados de ánimo en nosotros, pero ¿somos conscientes de ello?.
La música además es capaz de despertar emociones y estados de ánimo en nosotros. Por eso es que tenemos la “banda sonora” de nuestras vidas, canciones favoritas que nos recuerdan a personas y momentos que queremos guardar por siempre.
La sociedad actual urbana e industrializada he generado entre otras la cultura del ocio, que tiene por finalidad mejorar la calidad de vida y las relaciones entre personas. La música es un vehículo ideal para ello y un modo idóneo de emplear productiva y placenteramente el tiempo. Además para los adolescentes es un modo de realizarse como persona, alejandose de las malas compañías o de acciones desaconsejables.
La música va directamente ligada a nuestra historia, a la religión, al arte, a la filosofía, a nuestras tradiciones, en definitiva, forma parte inseparable de nuestra cultura; por ello hemos de conocerla, apreciarla y cultivarla integrándola en nuestros planes de estudio de la enseñanza. Hemos de hacer posible el acceso a ese patrimonio cultural, apreciarlo y valorarlo.
La música además es capaz de despertar emociones y estados de ánimo en nosotros. Por eso es que tenemos la “banda sonora” de nuestras vidas.
El Efecto Mozart:
Se denomina “Efecto Mozart” a la serie de supuestos beneficios que produce el hecho de escuchar la música compuesta por Wolfgang Amadeus Mozart. Dicho efecto «continúa siendo objeto de investigación, sin ninguna pronunciación firme o definitiva que reivindique o deseche la teoría en cuestión.
En 1993, la psicóloga Francesa Rauscher de la Universidad de California describió en un artículo, «Music and Spatial Task Performance», publicado en una revista, que la exposición de 36 estudiantes durante 10 minutos a la sonata para dos pianos en re mayor KV 448/375a tenía efectos positivos en las pruebas de razonamiento espacio temporal. Este efecto duraba unos 10 minutos.
El estudio se realizó sobre tres grupos de 36 alumnos de instituto en cada grupo. Mientras un grupo escuchaba a la obra citada, un segundo grupo escuchaba a instrucciones de relajación diseñadas para reducir la presión arterial. Un tercer grupo permaneció en silencio. A los diez minutos, tuvieron que completar una serie de tareas, incluyendo pruebas de razonamiento según Stanford-Binet y pruebas de doblar y cortar papel. Los investigadores encontraron que los alumnos que habían escuchado a Mozart obtuvieron puntuaciones más altas que los alumnos de los demás grupos.
“Su hijo es el mayor compositor que jamás haya conocido.” Éstas fueron las palabras que Haydn dirigió a Leopold Mozart, padre del compositor. También Goethe, después de la muerte del músico, comentó a Eckermann en sus Conversaciones que “Mozart es inalcanzable en el terreno de la música, y Shakespeare lo es en el de la poesía”.